NATILLAS DE PAN, aprovechando el pan duro y que hacían con un litro de leche, pan duro, 3 huevos, 3 cacillos de azúcar y 50 gramos de mantequilla. Los trozos de pan duro los mezclaban con la leche, huevo, azúcar y mantequilla. Lo pasaban todo por la batidora, después la pasta la colocaban en una fuente engrasada, para que no se pegase su contenido y al horno hasta dorarse.
ROSQUILLAS FRITAS, que han llegado hasta hoy, preparadas en cada hogar por medio de un kilo de harina, 6 cucharadas de azúcar, 6 cucharadas de aceite frito, 2 huevos, limón rallado y 2 cucharadas de royal. En un recipiente ponían harina, azúcar, huevos, aceite, limón y royal, mezclado todo con una cuchara de madera hacían una masa hasta quedar dura. Una vez en este punto, formaban las rosquillas que freían en abundante aceite. ¡Ah! El aceite de la masa puede ser sustituido por nata o mantequilla y a comerlas.
OREJAS/ORELLAS, que preparaban en las Fiestas del Carnaval conjuntamente con las filloas. Preparaban para seis personas: 1 kilo de harina, 200 gramos de mantequilla, ralladura de limón, naranja, zumo de naranja, 3 huevos, 75 gramos de azúcar y un vaso de anís dulce. Se batían los huevos con el azúcar, las ralladuras de limón, naranja y zumo con el anís. Poco a poco iban incorporando la harina removiendo de continúo hasta conseguir una capa fina Cortada en rectángulos de 15 X 10 centímetros se freían en aceite no demasiado caliente. Mientras freían le daban forma de oreja. Escurrido el aceite se espoleaban con azúcar a poder ser glaseé. Y a comer.
ROSCÓN DE PASCUA, convertido hoy en Ponteareas, como una especialidad del Condado, lo preparaban desde muy antiguo nuestras tatarabuelas, con 500 gramos de harina, 50 gramos de mantequilla, 15 gramos de levadura de panadería, una cuchara colmada de sal y un cuarto de litro de leche. Preparaban 125 gramos de harina por el tamiz y la ponían sobre el mármol. En el centro ponían la levadura diluida en medio vaso de agua tibia.
Trabajaban ligeramente y formaban una bolsa; la dejaban reposar cubierta con una servilleta, en un lugar tibio unos 30 minutos (3 horas y media de reposo) Debe doblar su volumen.
El resto de la harina sobre el mármol en forma de corona, se le añade sal, la leche tibia y la mantequilla ablandada. Lo trabajaban hasta conseguir una pasta homogénea y consistente; mezclaban con la primera masa y trabajaban 15 minutos. La dejaban reposar 2 horas en el bol tapado.
La masa sobre el mármol enharinada e daban forma de roscón y lo ponían en una bandeja y lo dejaban reposar hasta aumentar su volumen. Lo adornaban con huevos duros y lo cocían en el horno, bien caliente durante unos 45 minutos. Solían añadirle anís.
ROSCÓN DA CASA, lo hacían también con galletas o bizcochos con 200 gramos de bizcochos, 100 gramos de frutas confitadas o de casa, 4 huevos, 5 cucharadas de leche condensada, un limón, azúcar para caramelizar el molde. Solían trocear los bizcochos y mezclarlos con las frutas cortadas en trocitos.
Disolvían la leche condensada en medio litro de agua caliente, mezclaban las yemas con la corteza rallada del limón, añadían leche caliente removiendo continuamente y vertiéndolo sobre los bizcochos y la fruta. En una flanera caramelizada lo cocían en el horno al baño maría hasta cuajarlo, unos 45 minutos aproximadamente. Desmoldado en frio, lo servían.