No veáis, como salimos de allí Sancho y yo, ¡emocionadísimos!, cuando de repente nos acercamos al “Altar de la Patria” y nos topamos con bustos de Quiroga, Belgrano, San Martin, Hernández y otros, custodiados por un majestuoso “Cóndor”, tallado en piedra sosteniendo sobre sus alas el escudo de la noble nación Argentina.
Salimos ambos, enternecidos por todo lo vivido: por el paisaje, la magnífica mansión con sus verdes árboles y el cordón montañoso del Cerro Uritorco, centinela y ángel custodio de todos los secretos de la familia Estévez-Mayor con su suntuosa mansión allí enclavada, etc.
Fuera del recinto, pasamos por las “antiguas caballerizas”, hoy destinadas a otros usos, las cuales llamaron la atención de Sancho, bautizadas por “Toboso”, la casa más pequeña, residencia de la familia Estévez utilizada para las visitas.
Nos colocamos frente a esta arquitectura medieval, con sus columnas y no dejamos de pensar en todo aquello, que no era más que un girón de España en un trozo de Argentina, enclavado en el Cerro de Uritorco, aunque alguno, posiblemente, no lo piense así.
Nada es extraño en la mente de Odilo Estévez Yáñez, para acercarse a la Capilla del Monte, e instalarse en lo que hoy es Pueblo Encanto, por ser un lugar de mito contemporáneo, donde se vive y se respira magia con el misterio étnico que lo habitó, los comechingones y los actuales pobladores, encontrando historias y leyendas recogidas en “Pueblo Encanto”, al pie del venerado cerro Uritorco, compañero de miles de atardeceres y mágicos plenilunios, que es vivencia de un noble pasado, un actual presente místico y cultural y un presente y futuro de “revelaciones”.
Al hablar de Cerro Uritorco, hablaremos del agua que le rodea, de fuentes y viñedos, donde por cierto, se alza la magnífica mansión residencial de Odilo Estévez Yáñez, solar del honorable “conde”, que un poco antes de 1.900, el enigmático orensano de Freás de Eirás, en Ramirás, adquiriera para construir su “mansión” para su residencia de quien “creyéndose conde, y no siéndolo, vivió como tal” en “Villa Firma”, con su estilo mudéjar, entre jardines y abundantes fuentes y piscinas, al mejor estilo de las “herrerías granadinas”.
Esta verdadera mansión mudéjar, le fue ofrecida al rey Alfonso XIII, al perder el trono español, que rechazó por la de Roma en Italia, sentando el “conde” sus reales posaderas hasta sus 74 años de su vida, terminada con un fulminante cáncer, acompañado siempre por su esposa durante 45 años, compartida con la vista serena y el resultado de la obra construida por ambos, hasta su fallecimiento en 1.944 sobreviviendo Firma Mayor, casi 20 años con la mínima carencia de su vida, la falta de hijos, dedicándose a la colaboración con la organización del “Museo Histórico Provincial”, como
Vicepresidenta, efectuando importantes donaciones, siendo su residencia “sede” de las reuniones.
Antes de morir y en memoria de su esposo que tanto amó, y a quien la Ciudad de Rosario acogió generosamente, legó su casa con esta expresión:” Estas donaciones las hago en memoria de mi esposo Odilo Estévez Yáñez, por el cariño por esta Ciudad donde he nacido y vivido, esperando que sea mi mejor contribución para el acervo espiritual y cultural de mi Ciudad”, (Museo de Arte Decorativo de Rosario, Argentina). Este es el mejor exponente de, devolver a los ciudadanos, parte de los beneficios obtenidos, porque es ser de bien nacidos, ser agradecidos. Así queda demostrado, para que no haya equívocos.
Así pues, fallecido el “conde”, que dicho sea de paso, nunca exhibió tal naturaleza, la magnífica mansión residencial, fue pasando con el nombre de “Pueblo Encanto” de manos y prácticamente abandonada; posteriormente adquirida a finales de 1.979 por Sebastián Alejandro, exponiendo obras de arte y embelleciendo el parque con esculturas de piedra.
Cerrado en 1.989 al 2.005 en que nuevamente vuelve a ser “protegido”, habilitándose “cabañas” orientadas y decoradas dentro de las edificaciones ya existentes, para que los “visitantes” disfruten de los misteriosos encantos, recibiendo nombres, como “Cabaña del Quijote” que tanta curiosidad destapó en Sancho.
Ana, la esposa de Sebastián Alejandro junto con sus hijos, llevaron adelante el “Complejo Turístico-Cultural, que denominaron: “Parque Temático-Zona Uritorco”.
Creemos muy importante reflejar aquí, que Alejandro Sebastián es el seudónimo literario de Sebastián Alejandro, un escritor, poeta, periodista y político argentino, nacido el 20 de Enero de 1.931 en Choele Choel, en la provincia de Rio Negro, en la Patagonia Argentina, donde comenzó su carrera de escritor allá por los años de 1.971 cuando fue nombrado Secretario Cultural del Canal 10, de Mar del Plata, adaptando su obra “Buenas Noches Maestro” con la que obtuvo el “premio Martin Fierro”.
En su actividad política y sindical, Alejandro Sebastián, publicó “Coplas para un Cajón de Sueños”; como •Poeta del Pueblo”, trascendiendo al alma y a los labios del pueblo todo su contenido; desgranando su actividad poética y política hasta 1.971 en que inaugura su Complejo Turístico “Pueblo Encanto” en la Capilla del Monte, anterior propiedad de Firma Mayor y Odilo Estévez y que el poeta embelleció con las figuras del Quijote; su gran pinacoteca, la amistad con autores de sus obras, sustraídas algunas en la noche de Diciembre del 2.004. La organización del 8º y 9º Festival Argentino Español de Folklore, etc.
Su actual propietario, Carlos Lusianzoff, restauró y abrió al “público” todo el complejo, conservando la pinacoteca del poeta, de las que se robaron unas 100 piezas en el 2.005.
Aunque sea un poco reiterativo, la historia de Odilo Estévez Yáñez, nace en 1.927 cuando el “conde” termina de construir su “mansión” imponiéndole el nombre de su esposa “Villa Firma” y “Villa Firma” cambia de manos en 1.980 habilitándola por 10 años después, a turismo, permaneciendo cerrada hasta el 2.003 que termina abandonada. En este tiempo nacen:
“Cabaña de don Quijote”, con su nombre, su caballo y sus pensamientos…
“Cabaña de Sancho”, “porque del sobresalto que tomó al ver caer a su amo, de tal manera que le duele a su cuerpo que le parece que le han dado palos”.
“Cabañas de Rocinante”, tan delgado, porque nunca come y se trabaja ¿Qué es de la cebada y de la paja? No me deja mi amo ni un bocado…
“Cabaña de Dulcinea”, la moza labradora de muy bien ver…vino a llamarse Dulcinea del Tobos.
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